sábado, 12 de diciembre de 2015

El empleo en la economía española y las horas de trabajo.




Necesitamos definir un modelo económico de futuro y de creación de valor, el riesgo si no lo hacemos es que nos convirtamos en una economía “low cost” en la que con total seguridad saldremos perdiendo. 


Dos fantásticos artículos que he leído en medio de la campaña electoral que muestra el alejamiento de  nuestros partidos políticos de los que debería ser el centro del debate:

  1.  "Hay que reducir drásticamente las horas de trabajo" Serge Latouche



  2. "Trabajar más horas hunde los salarios, al incrementarse la oferta sin que lo haga la demanda"

    "Las sociedades desiguales no generan felicidad"

    " El sistema está engrasado por la "triada infernal": la publicidad, los bancos y la obsolescencia programada. Una sociedad así, apostilla, "no es sostenible ni deseable".

    "Todo el mundo querría que el mundo fuera menos bárbaro, pero no tenemos el valor de cambiar el rumbo. La gente, manipulada por la publicidad y la propaganda, no quiere cambiar sus hábitos", subraya.

     En esa valentía de cambiar las cosas está la solución, asegura, de la lucha contra el paro, la pobreza extrema y la proliferación del terrorismo.
    La economía del crecimiento sin crecimiento" y recuperar "el sentido de los límites"

    " La felicidad y el Producto Interior Bruto (PIB) son términos reñidos"





¿Cuánto tiene que crecer la economía española para crear empleo?  

Por  José Ignacio Pérez Infante*, Economista. Miembro de la Asociación Española de Economía del Trabajo y de Economistas Frente a la Crisis.



Extraigo alguna de las reflexiones de este artículo:

El umbral de creación de empleo (U.C.E.) se puede definir como el crecimiento del PIB real o en volumen (una vez deflactado por la inflación) necesario para que la economía comience a crear empleo neto y coincide con el aumento de la productividad por ocupado que se calcula con las estimaciones de la Contabilidad Nacional (PIB real/empleo equivalente a tiempo completo). 

De forma, que si el PIB aumenta menos que el citado umbral, o sea, que la productividad por ocupado, el empleo disminuirá por lo que para que este aumente el PIB tiene que crecer más que el umbral.

En el último año y medio ha bastado con un avance del PIB muy inferior, más de la décima parte menos, que en los períodos precedentes para que la economía española genere empleo neto.


En ello se ha apoyado el gobierno para insistir hasta la saciedad en la defensa del éxito de la reforma laboral aprobada el 10/02/2012.

Esta defensa de la reforma laboral encubre, al menos parcialmente, la realidad y  merece alguna discusión. 

El empleo en España es muy fluctuante, notablemente más que en otros países desarrollados.
  
En España los ajustes de la mayoría de las empresas a los cambios de la situación son, principalmente, vía modificaciones del nivel de empleo, y no  por otros procedimientos, como por ejemplo, la modificación de la jornada laboral en Alemania.


La reforma laboral de 2012 no ha supuesto ningún cambio del  modelo productivo de la economía española ni ha superado la casi absoluta falta de contratación temporal.

 

 

Además de facilitar la modificación de las condiciones de trabajo, que llega al extremo de permitir esas modificaciones por decisiones unilaterales de los empresarios cuando no estén acordadas en convenio colectivo, y la devaluación salarial, también ha facilitado y abaratado considerablemente el despido.

 

 

Todo ello en una fase tan depresiva de la economía española como la de 2012 y el primer semestre de 2013 ha servido más para intensificar la destrucción del empleo y ajuste del tamaño de las plantillas que para mantener a los trabajadores en las empresas, como en contra de toda evidencia mantiene el gobierno, a lo que también ha contribuido, sin duda, el efecto negativo sobre la demanda interna de la política de austeridad y de reducción salarial


 Leer este magnífico estudio de José Ignacio Pérez Infante*, Economista.Miembro de la Asociación Española de Economía del Trabajo y de Economistas Frentea la Crisis.

 









Pero hoy este no es el debate ni lo será.
Los partidos políticos  que aspiran a la intención de voto mayoritario saben que los valientes perecen ya que el reptil siempre gana.




  Ongi ibili.     Baiga bueno.